Sociedad Jose Marti

viernes, junio 28, 2013

Libertad, ¿para qué?


Por Ricardo E. Calvo MD PhD
El Instituto Independiente
Hace unos 50 años y sin terminar la enseñanza secundaria salí de mi país natal Cuba donde había sido testigo de los métodos que el Partido Comunista utilizaba para fraguar el socialismo científico.
Se vociferaba que si aquellas propuestas eran de índole comunista entonces los simpatizantes de estas querían que los pusieran “en la lista” de militantes comunistas pues estaban de acuerdo con esos fines.
Vi como las masas se congregaban en las plazas públicas y a petición de los dirigentes aprobaban incondicionalmente que todos seriamos subyugados al “bien común”, eliminaríamos a “los ricos” y lo que poseíamos seria “de todos”.
El pueblo de Cuba había combatido una dictadura para recuperar su libertad y restablecer una República Constitucional basada en las libertades individuales y el Estado de Derecho lograda a través del triunfo de la insurgencia en el monte y el clandestinaje en el llano.
Pero parece que el pueblo cubano le temió a esa Libertad.
El ser humano al llegar frente a la Libertad llega también frente al riesgo, a la lucha y a decidir sus acciones y encarar sus consecuencias siendo responsable si yerra.
Al enfrentarse a la Libertad el ser humano busca instancias protectoras que le cubran los riesgos y elige las autoridades que tomen las decisiones en su lugar.
La forma más dañina del miedo a la Libertad es el temor al libre pensamiento, se cierran los ojos ante los problemas y se prefiere pensar con cabeza ajena aceptando “verdades” ya dichas sin tener que elegir las verdades por si mismo.
El lema “laissez faire, laissez passer” no es una actividad pasiva sino todo lo contrario. Esta frase tan criticada por el socialismo internacional demanda claramente que me dejen hacer, me dejen trabajar, tener manos libres y que se me respete lo que yo consigo con mi esfuerzo lícito y sin dañar a otros. Esto es después de todo por lo que los “marielitos” y “balseros” cubanos y emigrantes de otras nacionalidades en los EEUU y otros países del mundo realmente han aprobado “con los pies”.

Cuando se expresa explícitamente el ansia de Libertad es cuando aparece más agudo el miedo a esa Libertad que hay que encarar y esta actitud de miedo contribuye substancialmente al socialismo y a todas sus modalidades. Y así surgen los enmascarados derechos individuales llamados entonces “derechos sociales” que quieren aparecer como perfeccionamiento de los verdaderos derechos cuando la verdad es que están inspirados por una actitud contraria. Eva Perón de la Argentina en una ocasión llego a expresar: “Detrás de cada necesidad hay un derecho”.

Existe una diferencia enorme entre el derecho de propiedad que es el derecho de que yo obtenga lo que pueda lograr y que me sea respetado y el supuesto derecho a la propiedad en el cual yo exijo que se me de algo en propiedad.
Entre la libertad de trabajo y el “derecho al trabajo” hay una contraposición. En la primera yo exijo que me dejen trabajar y no pido que me den nada. En el “derecho al trabajo” estoy realmente pidiendo que me garanticen el trabajo.
Como el miedo a la Libertad es una actitud regresiva hacia la infancia esta produce el sentimiento de envidia. Creemos que el que tiene más bienes me está afectando pero no me atrevo a expresarlo explícitamente y me veo en la necesidad de racionalizar mi envidia teniendo que recurrir a esa doctrina de boga llamada “justicia social” que me sirve de escudo para disfrazar ese antiguo pero permanente sentimiento.
Ahora puedo adoptar una actitud “justiciera” y altruista en la que condeno las “injusticias” que acarrea la libre empresa y predico la necesidad de “distribuir las riquezas” más equitativamente.
El miedo a la Libertad amenaza a todos los seres humanos pero el llamado “intelectual” está más expuesto a ello.
Este último se considera por lo general un ser superior y se siente molesto al ver que los empresarios privados obtienen posiciones económicas mas altas que la suya y su envidia oculta se canaliza elaborando teorías políticas y económicas de carácter socialista.
Las ideas socialistas no han surgido de las clases proletarias pero si de los “intelectuales” quienes influidos por la envidia fabrican las doctrinas que más tarde en muchos casos encuentran terreno fértil en la mente de las masas llevándolas a la miseria.
El verdadero peligro al que nos enfrentamos hoy consiste en que el ser humano tiene miedo a la Libertad aunque en la actualidad lo oculte bajo las diversas mascaras y variantes del socialismo.
Si nos preguntamos Libertad ¿para qué?, quiero sugerir unas respuestas:

Quiero Libertad para disponer de nuestra propiedad más sagrada que es nuestra vida y persona y lograr por mis esfuerzos los medios para sustentar la existencia y la prosperidad.

Quiero Libertad para vivir en un país donde somos iguales ante la ley y no a través de ella.
Quiero Libertad para existir en una sociedad coordinada por el llamado mercado libre donde el poder de todos está limitado, disperso y condicionado por la aquiescencia de los demás.
No pretendo un mundo perfecto, porque eso solamente existe en la mente de los utópicos.
Libertad ¿para qué?: !Para ser dignos y sentirnos con dignidad!
FIN